martes, 30 de abril de 2013

El papel de la competencia en el caso Stephen Glass

Mishelle Noboa

Con tan solo 25 años Stephen  Glass alcanzó el éxito en la élite del periodismo político estadounidense  logrando llegar a millones de personas que seguían sus historias en el The New Republic. Una a una eran esperadas con ansias por los asiduos lectores. Cada una causando mayor impacto que la anterior, llevando a Glass a la cima.

Pero como dice el refrán, lo que rápido viene, rápido se va y primero cae el mentiroso que el ladrón. Y fue justo lo que le pasó a Glass. En mayo de 1998 fue despedido dela redacción de The New Republic, tras ser descubierto por el periodista de la competencia, Adam Penenberg.

Las sospechas comenzaron cuando el personal de la edición digital de la revista Forbes, empezó a investigar el artículo más reciente de Glass, “Hack Heaven”, que relataba la fantástica historia de un adolescente de 15 años que logró hackear el sistema de seguridad de los fabricantes de software Jukt Micronics y estos en lugar de denunciarlo lo contrataron.



Penenberg comprobó que la empresa carecía de página Web, que no figuraba en la Asociación de Fabricantes de Software y no había pagado impuestos en el estado de California. Además de innumerables detalles de la historia que tampoco pudo comprobar.  Por lo que llegó a la conclusión de que  nunca existió Jukt Micronics y la historia era una completa mentira. Esto fue un éxito para el periodismo digital, pues era la primera vez que un medio digital, que tan solo llevaba un año en funcionamiento, había investigado y revelado un escándalo de tales dimensiones, poniendo en evidencia a un medio impreso de gran prestigio.

Stephen Glass intentó justificar sus mentiras con la creación de unas nuevas. Pero esto solo lo hundió más. La maraña de mentiras e inventos pronto salió a la luz con la publicación del reportaje “Lies, damnlies and fiction”  escrito por Penenberg, en el cual ponía al descubierto a Glass,  afirmando que tras la corroboración de sus historias se encontró que al menos 21 de las 47  que elaboró para el prestigioso medio, fueron fabricadas parcial o totalmente.

En este caso de fraude periodístico, el papel de la competencia fue crucial para exigir la buena práctica de esta profesión, apegada a la objetividad y veracidad de los hechos y fuentes.  Pues si bien The New Republic falló en sus filtros, Forbes se encargó de hacer el papel de defensor del lector y velar por el derecho que tenemos todos a conocer la verdad y gozar de un periodismo de calidad.

Notas relacionadas:
¿Quién es Stephen Glass?

Enlaces de interés:

ShatteredGlass (2003)
El fabulador
TheNew Republic and Stephen Glass

¿Quién es Stephen Glass?



Fotos de Stephen Glass y de Hayden Christensen (actor)



Historia 

¿Cómo se le pudo ocurrir eso? ¿Qué lo motivo para no detenerse? ¿Sabes de quién estoy hablando? Es uno de los personajes más buscados, lo irónico es que es el más buscado por sus mentiras. Lo crees. Bueno aquí te cuento un poco de su historia.

Stephen Glass, el famoso periodista, creció en el suburbio de HIghland Park, al norte de Chicago. Estudió en la Universidad de Pensilvania. Logró su licenciatura y fue contratado por The New Republic como asistente de redacción en 1995.

Pero de pronto todo el trabajo se fue al suelo. Los primeros en sospechar fueron Joe Galli, del Comité Nacional Republicano y Davide Keene de la Unión Conservadora Americana, quienes escribieron cartas a  The New Republic para acusar a Glass de invenciones en uno de los artículos de su autoría llamado "Spring Breakdown".

Finalmente fue descubierto. La historia que acabó con su carrera periodística apareció el 18 de mayo de 1998. Se llamaba "Hack Heaven" y trataba de un supuesto hacker de 15 años que había sido contratado por una gran compañía como consultor de seguridad, después de haber entrado en su sistema informático y expuesto sus debilidades.  "Hack Heaven" describía los hechos casi cinematográficamente y éstos eran narrados en primera persona, implicando la asistencia del experiodista a los acontecimientos que relataba.


Entrevista a Stephen Glass 


Poco después de la publicación del artículo, el reportero Adam Penenberg, de Forbes.com, lo leyó e hizo sus propias investigaciones, sin encontrar evidencia alguna de la existencia de la empresa Jukt Micronics o de las personas citadas por Glass. Cuando Penenberg y Forbes le hicieron frente, Glass alegó que había sido engañado.

El director de The New Republic, Charles Lane, sospechaba algo distinto. Buscando confirmación para la historia, Lane pidió a Glass que le llevara al Hotel Hyatt en Bethesda, Maryland, donde supuestamente el hacker se reunió con los ejecutivos de Jukt Micronics, y a la sala de conferencias donde tuvo lugar la convención de hackers.

Todo fue descrito con detalles, incluso la reunión e insistió en que la historia era cierta, pero Lane descubrió que la sala de conferencias estaba cerrada el día del encuentro de hackers. Una investigación interna concluyó que Glass también había creado un sitio web y una dirección de correo electrónico para la inexistente Jukt Micronics con la intención de despistar al departamento de confirmación de datos. 

Posteriormente, The New Republic determinó que al menos 27 de las 41 historias escritas por Glass para la revista contenían material infundado. Toda esta historia se plasmó en la película Shattered Glass, la cual para el mismo Stephen Glass es su propia película de terror. 



Trailer de la película Shattered Glass


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