¿Algo se me escapó de las manos? ¿cómo después de
engañar tanto pude ser descubierto? ¿serán errores del artículo que me delató,
o mis errores van más allá?. Probablemente estas fueron algunas de las preguntas
que Stephen Glass se planteó cuando todo lo que había hecho en su carrera como
periodista y las constantes mentiras que fueron parte de su labor fueron
reveladas.
The New Republic fue el medio donde lo denominaron
fabulador en serie después de que tras investigaciones que hizo Adam Penenberg
de la revista Forbes, se pudo conocer
que Glass inventó la historia del software Jukt MIcronics, además de 21 de las
40 publicaciones que realizó para el seminario al que pertenecía. Pero despúes
de conocer un contexto sobre lo que sucedió, queda preguntarse ¿verdaderamente
en qué falló él y su equipo de trabajo?.
Ana Angulo es defensora de audiencias de diario El
Hoy y opina que la mayor parte de culpa la tuvo el protagonista de este caso ya
que falló como profesional y no consideró como herramienta principal la
honestidad para dirigirse a sus lectores. La empresa que lo contrató confió
ciegamente en él y dejó pasar la revisión de las notas y verificación de los
hechos antes de publicarlos, un error gravísimo y que le restó posicionamiento
y credibilidad.
Tal parece que la imaginación de Stephen traspasaba
los límites, pero como dice el dicho, con una mentira suele irse muy lejos,
pero sin esperanzas de volver. Cuando no pudo hacer nada para convencer al
editor del medio Chuck Lane y a la gran cantidad de personas a las que llegó la
noticia acerca de su mal manejo de información, lo único que pudo hacer fue
admitir sus invenciones y perder la posibilidad de escribir ya que una jueza le
quitó su licencia de periodista.
Puede ser que para muchos su habilidad en crear
historias y haber logrado estar en un medio de esta forma sea una hazaña, pero
precisamente esa mentira fue la principal equivocación. Cada quién es esclavo
de lo que escribe y preso de lo que se guarda, quién sabe en qué pensó Glass
para hacer tal cosa, desde que entramos a la universidad nos enseñan a ser
responsables y a ser periodistas éticos, allí radica su culpabilidad tarde o
temprano todo se sabe y a él ya lo pillaron.
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